La historia de El origen del mundo, de Courbet, está ya muy extendida: es tal vez el cuadro más censurado del mundo. Ningún museo ni galería se atrevió a exhibirlo en sus salas, sino en espacios secretos, porque el plano elegido por el pintor, de un cuerpo fragmentado de mujer, imponía al ojo la mirada directa de la vagina. Esto, fue para su época, pornografía dura: impudicia. Lacan adquirió el cuadro y lo tenía colgado tras la puerta del consultorio, de manera que la vagina entreabierta quedaba a la vista del paciente que se psicoanalizara en las tardes parisinas. Ahora cuelga en las paredes del museo D'Orsay, donde una curtida (y peluda) performer luxemburguesa exhibió su sexo frente a la obra de arte. En el portal esferapublica han analizado algunos aspectos sobre el acto de Deborah De Robertis y proponen una reflexión sobre el eco provocado por la mediatización de casi toda acción humana, sea arte o no. De Robertis, en su página de Facebook, ha divulgado las mejores respuestas de sus seguidores. Parece que El Origen del Mundo humano nos sigue avergonzando.
John Jairo Zuluaga* Andrés Elías Flórez Brum, El visitante, Bogotá, Caza de Libros-Pijao Editores, 2008. 76 P. Un lector silvestre que recorra las páginas de la novela corta: El visitante puede encontrarse con una historia del montón. Una de tantas, en las que se ven inmersas, a menudo, personas de cualquier pueblo del trópico colombiano. En cambio, un lector avisado encontrará en esa misma obra un refinamiento técnico que vale la pena mostrar. La obra sigue la tradición de novelas construidas con marco de composición, tal como lo evidencian Las mil y una noches , El Decamerón y, en el caso colombiano, La vorágine, de José Eustasio Rivera. El marco de composición: “Se construye a la manera de un formato previo e independiente, que antecede y da paso a la historia central, y luego lo cierra. Ese formato introductorio que luego cierra al final, se parece al marco de un cuadro de pintura, porque desde afuera rodea la historia central”. (Isaías Peña, E...
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