Continúa la gira de Salman Rushdie por el mundo para presentar el libro de memorias Joseph Anton, que revisa los años posteriores a la Fatwa iraní que puso precio a su cabeza, luego de publicar su novela inocua Los versos satánicos. En Radio Francia Internacional una breve entrevistas en que se refiere también a la guerra en Siria:
Como escritor, observa y escucha lo que pasa en el mundo. ¿Qué piensa por ejemplo de lo que ocurre actualmente en Gaza y el conflicto con Israel?Hace años García Márquez se ofreció a escribir un libro con este reportaje, pero Rushdie se negó. Incluso se molestó. Los dos sabían que era más fácil escribir que vivir ese libro: la persecución tenía todos los giros que hacen legible al folletín. Una novela rosa apasionante, con Musulmanes radicales, novias bonitas, guardespaldas y seudónimos. Aquí está finalmente la historia: Joseph Antón como Salman Rushdie. Joseph Antón fue el seudónimo de Rushdie durante la persecución.
No sé. Siempre intento entender lo que pasa. Por ahora, creo que las noticias están un poco en bruto. Quiero decir que no tenemos suficientes, me parece. En todo caso, no estoy de un lado ni del otro. Por un lado, está claro que Hamas es una organización peligrosa, ampliamente financiada por Irán y que ha aumentado su armamento pesado, así como su capacidad para atacar a Israel. Así que es perfectamente entendible que el gobierno de Israel se preocupe. Yo me preocuparía… Al mismo tiempo no soy el mayor admirador del señor Netanyahu. Está claro que todo está vinculado a las elecciones. Pero no con las elecciones en Israel, sino con las elecciones estadounidenses. El resultado de estas elecciones no es bueno para Netanyahu, porque quedó afuera al candidato republicano. Sin embargo, Netanyahu apoyó al candidato que perdió y su relación con Obama siempre fue mala. Estoy seguro de que ahora no va a mejorar. Así que para los israelíes es problemático esta distancia con su principal aliado. Quizás esto va a reactivar alguna iniciativa. No lo sé. Son hipótesis, y en cualquier caso, no me gusta ninguno de los dos campos. Cada uno tiene la peste en su familia, como diría Shakespeare.
Hablemos de su libro, la autobiografía Joseph Anton. Es su historia, pero se lee como una novela y, de hecho, usted escribe en tercera persona del singular, como si el Salman Rushdie de hace veinte años fuese distinto al que es usted hoy. ¿Es así?Sentí la necesidad de dar un paso al costado, de salir de mí mismo para tener una mirada exterior, y me di cuenta de que era más fácil para ser objetivo. Paro sabe qué, intenté escribir en primera persona. Por supuesto, cuando empecé a escribir, decía “yo”. Y muy rápidamente me di cuenta de que no me gustaba, había algo en el tono que me molestaba.
En realidad, me parece narcisista. Todos esos yo, yo, yo, yo… Y me sentía contrariado hasta el día en que empecé a escribir sobre mí como si se tratara de otra persona, y a a escribir más sobre mi tema que sobre mí mismo. Y ahí, escribí algunas líneas, un párrafo corto, y, en seguida, sentía que se abría una puerta. Pensé que era mucho mejor, que era lo que quería hacer, que sonaba mejor y que principalmente estaba más en acuerdo con la objetividad. Así que traté de acercarme al mismo tiempo a mi historia desde el interior y desde el exterior.
¿Tuvo la impresión de convertirse en un personaje de novela y que atravesó el espejo como Alicia (A través del espejo)?No, no creo haberme convertido en un personaje de ficción, pero utilicé técnicas de la novela para hablar de hechos reales. Me interesé mucho en el género llamado “fiction non fiction”. Por ejemplo, co libros como La lista de Schindler, La canción del verdugo, el gran libro de Norman Mailer y también The Right Stuff de Tom Wolf. Esos libros están completamente basados en historias verdades, pero a través del prisma de la ficción.
Quise hacer lo mismo, porque mi historia se había vuelto completamente novelesca; tenía la impresión de vivir en una novela de espionaje, con hombres armados en la cocina, terroristas internacionales que atravesaban mares, y reuniones en aquel edifico sobre el Támesis que se ve en las películas de James Bond, con todos los servicios secretos.
Ya sabe, con la actriz Judi Dench [que tiene el papel de M en James Bond] por ejemplo. Y me pareció que había algo muy novelesco en todo eso. Pero lo que era todavía más interesante, es que ¡era real! Pero no quería novelar o inventar personajes, porque el libro habría perdido fuerza. De hecho, se lee como una novela, pero todo es verdadero. Nadie te obliga a escribir tus memorias, no es algo compulsivo, puedes rechazarlo si no quieres hacerlo. Pero si lo haces, tienes que hacerlo hasta el final, decir la verdad, y hasta donde puedas, toda la verdad.
Foto: Rushdie y Padma Lakshmi
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