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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Cinco canciones para entrar en el Dylan Nobel

Juan Felipe Gómez El 2016 pasará a la historia como un año de luto para la música. Prince, David Bowie, Merle Haggrad, Leonard Cohen, entre otros, hacen parte de “los que se fueron”, dejándonos piezas y momentos de incalculable valor para la historia musical, y para la cultura en general, del último medio siglo. La alegría para los melómanos vino por cuenta de una noticia que durante años circuló entre los apostadores y especuladores del prestigioso premio de la Academia Sueca: Nobel en literatura para Bob Dylan. De inmediato las redes sociales y portales de noticias se inundaron con elogios e imprecaciones. Vino entonces el silencio por parte del galardonado y la expectativa, tanto de devotos como de detractores, por leer o escuchar algún pronunciamiento.  Se hizo esperar, pero el cantautor  de Duluth dio la cara para aceptar el galardón argumentando haberse quedado “sin palabras” tras el anuncio de la Academia. Antes de enlistar cinco canciones de Dylan que

Una travesía

Carlos Castillo Quintero (Del libro inédito “Noches con cerrojo”) Edward Hopper, “Reclining Nude”, 1924-1927 Porque la vida llega a quemarropa es necesario recordar que viajamos. Fernando Linero Montes Para Claudia R. N o queda valor, siquiera, para cortarnos la otra oreja. Atrás, la tierra devastada después del temporal. Los labios sin carmín, los cuerpos cansados que no encuentran el camino de regreso a casa.   Una música se repite y nadie la escucha. Por el temor a la muerte, lloramos por adelantado. ¿A dónde van todas esas lágrimas? Sé que al otro lado del mar la noche canta, el agua, los peces que vuelan. Y sé que esa es otra forma del llanto. Y sin embargo, una luz se resiste. El deseo. La piel que oficia un rito más antiguo que el duelo. ¿Qué importa ya esa moneda de oro puro que perdimos en la rejilla de un andén de la infancia? Hay pájaros que no duermen, que atraviesan la penumbra, y se llaman. L

LOS CINCO DE CALDAS

                                                                                                                          Adalberto Agudelo Duque George Orwell afirmó en sus ensayos no saber qué es la poesía pero tenía claro qué no es la poesía. Muchos poetas, la mayoría, persiguen esa imagen inasible vista a veces desde la distancia y no logran crear un texto memorable, una estrofa, una línea. Me afirmo también en la idea de Fernando Pessoa para quien todo juicio es subjetivo. Por eso, una selección de “los mejores” tiene cierto aire de presuntuosidad, de soberbia. ¿Por qué un texto es mejor que otro? Sin duda intervienen el gusto personal, la academia, la formación en lingüística y filosofía del seleccionador pero también del seleccionado. En Caldas interviene otro factor más allá de lo estrictamente literario: las élites aristocráticas eran ¿son? al mismo tiempo las élites literarias, artísticas y humanísticas. Era obligante “ser” pintor, pensador, artista, poeta para

Cinco narradoras latinoamericanas

Por: Sara Giraldo Posada Esta selección es caprichosa -como si existiera una que no lo fuera-, sin embargo presenta una lista de escritoras latinoamericanas contemporáneas cuya obra me ha llamado la atención a lo largo de los últimos años en los que me he dedicado a leer  los libros escritos por mujeres. Enumerar solo cinco nombres es complicado, pues hay otras obras y autoras que ocupan un lugar preferencial en mi biblioteca y que por razones de esta limitación no se encuentran aquí como Gabriela Alemán (Ecuador) o  Claudia Hernández (El Salvador). Lina Meruane (Santiago de Chile 1970): Ganadora del premio Sor Juana Inés de la Cruz en 2012, es novelista y ensayista consolidada en el contexto latinoamericano. También es la fundadora y editora de la editorial independiente Brutas editoras.  Resaltan su novela Sangre en el ojo en la que narra la historia de una mujer que a razón de una enfermedad comienza a padecer de manera inesperada una ceguera roja y a raíz de ello s

Cinco cuentos de Santander, por Daniel Ferreira

La gente quería un favor pero no lo pedía. No había fórmulas de deferencia, porque era una sociedad sin castas. No se usaba más que una forma del pronombre para el trato: usted. Lo cual creaba distancia en la conversación. Se llegó a confundir esa parquedad con agresión, hasta que se aceptó como una forma de la autonomía y acaso de la timidez, porque la mayoría sigue siendo una población de origen campesino y de autosuficientes madres solteras. No hubo esclavitud africana en ese territorio, pero sí alcabalas indígenas con impuestos infames. A las etnias rebeldes de origen Caribe que poblaron las riberas del río grande que llamaban Caripuaña o río de los muertos, se les persiguió y fueron diezmadas por los españoles con un arma bacteriológica: dejaban abandonados en medio de los pueblos indígenas a un enfermo con viruela. Pipatón lideró la resistencia indígena hasta que fue capturado y llevado al panóptico donde le dejarretaron los pies para impedir su fuga. El primer alzamiento cont

Necesidad del canto

Por Mauricio Ramírez La maestría de los poetas consiste en ofrecer a sus semejantes, en medio de su propia angustia, palabras y revelaciones que transformen su sensibilidad, que les informen algo nuevo sobre las tensiones que habitan su realidad. No significa esto convertir la poesía en un ejercicio proselitista sino conservar, renovado, su carácter vidente. Para lograrlo, el poeta debe revisar su relación con el lenguaje. Entender que la creación no es simplemente un hecho estético sino también, y sobre todo, un hecho político, puesto que puede alterar el orden establecido. Eso supone para el poeta una voluntad de querer correr los riesgos: el más temible de todos es verse absolutamente solo. Como en muchas otras latitudes, esta especie de desazón ha sido tema los poetas pereiranos, en diversas épocas, sin que sea precisamente una constante la reflexión sobre el hecho creativo, que podría decirse, define el periodo de madurez de una literatura. Reflexión que supon