Por: Sara Giraldo Posada
Esta selección es caprichosa -como si existiera una que no lo fuera-, sin embargo presenta una lista de escritoras latinoamericanas contemporáneas cuya obra me ha llamado la atención a lo largo de los últimos años en los que me he dedicado a leer los libros escritos por mujeres. Enumerar solo cinco nombres es complicado, pues hay otras obras y autoras que ocupan un lugar preferencial en mi biblioteca y que por razones de esta limitación no se encuentran aquí como Gabriela Alemán (Ecuador) o Claudia Hernández (El Salvador).
Lina Meruane
(Santiago de Chile 1970): Ganadora del premio Sor Juana Inés de la Cruz en
2012, es novelista y ensayista consolidada en el contexto latinoamericano. También
es la fundadora y editora de la editorial independiente Brutas editoras.
Resaltan su novela Sangre
en el ojo en la que narra la historia de una mujer que a razón de una
enfermedad comienza a padecer de manera inesperada una ceguera roja y a raíz de
ello se desarrollan situaciones y relaciones que dejan ver lo más oscuro del
comportamiento humano; Contra los hijos (ensayo),
una fuerte crítica a la imposición social de que las mujeres deben convertirse
en madres; Volverse Palestina (crónica):
la escritora emprende un viaje a Palestina en busca de sus raíces y durante el
trayecto evidencia las cuestiones políticas y religiosas que azotan dicha
región.
Guadalupe Nettel
(Ciudad de México 1973): Ganadora de diversos reconocimientos, dentro de los que
se destacan el premio de Narrativa Breve Ribera del Duero y Herralde de novela
en 2014.
Recomiendo el libro de cuentos El matrimonio de los peces rojos pues en este conjunto de relatos
hallarán los lectores historias profundas y personajes construidos con esmero.
Los relatos tienen como hilo conductor la presencia de animales y otros
organismos vivos que interactúan directamente con los personajes desarrollando
así, de manera simultánea, dos líneas narrativas dentro de cada uno de los
cuentos. Después del invierno: esta
novela nos invita a encontrarnos con el dolor, la pérdida y la muerte. Todo
esto dentro de una atmosfera trabajada y propia que reconoceremos dentro de
cada una de sus obras.
Samanta Schweblin (Buenos
Aires 1978): Esta reconocida cuentista –cuenta con una sola novela dentro de su
obra literaria– tiene en su haber un premio Juan Rulfo y un Casa de las
Américas.
Su libro de cuentos Pájaros
en la boca es una bocanada de agua fresca en la literatura latinoamericana
en el que se evidencia lo raro y lo extraño, mientras se mezcla con lo
fantástico y por momentos raya con el horror. La novela Distancia de rescate, plantea un interesantísimo juego de
focalizadores, a la par que la trama de ultratumba, que por momentos evoca a Pedro Páramo, envuelve al lector hasta
exprimirlo en un tormentoso desenlace. La última colección de relatos, Siete casas vacías fue finalista del
último concurso de cuento Gabriel García Márquez.
Fernanda Trías (Montevideo
1976): Su novela La azotea propone
una historia en la que resalta la figura de una mujer sobreprotectora con su
hija y con su padre, y bajo el pretexto de mantenerlos alejados de los peligros
del ‘afuera’ los encierra en un pequeño apartamento. La narración de la
uruguaya es asfixiante y perturba al lector, que seguramente sentirá la claustrofobia
que ambienta el libro así como un escozor frente a la relación incestuosa que
matiza la historia.
No soñarás flores¸
es su más reciente publicación, que consiste en una recopilación de cuentos en
los que se lucen los lazos complicados entre padres e hijos, así como
relaciones amorosas que se llevan a los extremos. Finalmente, la sensación de que los personajes parecen
estar por la vida simplemente de paso.
Valeria Luiselli (Ciudad
de México 1983): La mexicana irrumpió en las letras latinoamericanas a través
del género del ensayo, con una compilación llamada Papeles falsos, pero fue con su novela Los ingrávidos con la que atrapó a los lectores y deslumbró a la
crítica. Este libro, publicado por Sexto Piso (2011), es narrado en diferentes
dimensiones, desde una perspectiva íntima de la vida de la autora, como
escritora, madre y esposa, así como lo que es vivir en Nueva york, mientras la
persigue el fantasma del poeta mexicano Gilberto Owen.
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