Una de las experiencias más sorprendentes de la literatura es encontrar que la voz narrativa coincide con la voz del autor. No siempre coincide: Neruda leía en un tono marxista de orador en plaza pública, Anne Sexton en tono monacal. Borges escribía como pensaba y hablaba como escribía, pero acaso sea Rulfo uno de los pocos escritores cuya voz conserva el tono, el ritmo y la entonación de los personajes que creó. Lee sin dramatismo, sin aristas, sin altibajos. Lee como si conversara con su auditor. A 60 años de la aparición celebrada de los 17 cuentos de El Llano en Llamas, Juan Rulfo sigue leyéndolos en una grabación conservada por la Unam: No oyes ladrar los perros, en voz de su autor. Una experiencia magistral de ritmo literario.
Pablo Di Marco Tantas veces me han pedido mi opinión sobre temas de los que no tengo la menor idea, tantas veces me han pedido que escriba artículos sobre cuestiones inverosímiles… Hoy podré darle un respiro a mi inutilidad. ¿Por qué? Porque los amigos de Revista Corónica quieren saber cuáles son mis cinco poemas favoritos que giren en torno a Buenos Aires. No se me ocurre trabajo más sencillo y grato. Podría nombrar cincuenta. Buenos Aires transpira literatura. En cada esquina, farol y empedrado se esconde la huella de algún poema, cuento o novela. No nombraré a los mejores, nombraré a los más queridos, a esos que viajan siempre conmigo, esos que recito y tarareo sin siquiera pensarlo. “Setenta balcones y ninguna flor” de Baldomero Fernández Moreno Este poema eclipsó al resto de la obra de Baldomero Fernández. ¿Cuál es su secreto? Intuyo que una irresistible alquimia de encanto, inocencia y sencil...
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