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Adiós al hombre que fue el rock and roll





Juan Felipe Gómez

Si tuvieras que darle otro nombre al rock and roll, debería ser Chuck Berry, dijo John Lennon en 1972 antes de alternar con el legendario músico en el show televisivo de Mike Douglas. Con estas palabras el Beatle daba cuenta de la admiración por el pionero de ese sonido que lo había enamorado a él y a un puñado de jóvenes a finales de los cincuenta, y que conformarían algunas de las agrupaciones que convirtieron el género en el más importante e influyente de la música del siglo XX. The Beatles, The Rolling Stones, The Kinks, The Yarbirds , The Animals  y The Who, bandas que hicieron parte de lo que se conoció como la Invasión Británica, son deudoras del enorme guitarrista de Saint Louis que murió este sábado 18 de marzo a los 90 años.

La relevancia de la música y la presencia de Chuck Berry en el panorama musical y cultural de todo el planeta son incuestionables. Guitarrista brillante, intérprete y vocalista de carisma inigualable, enorme compositor, deja una huella profunda en el corazón y en la memoria de decenas de músicos y fanáticos en todo el mundo.  Para entender más su grandeza citemos de nuevo a Lennon: “Chuck Berry es uno de los grandes poetas de todos los tiempos, un poeta del rock, podríamos llamarlo. Fue un adelantado en su tiempo en cuanto a letras. En los cincuenta, cuando la gente estaba cantando prácticamente sobre nada, Chuck Berry escribió canciones de contenido social con una métrica increíble.  Todos le debemos mucho a él”. El comentario es de 1970, Lennon tenía 30 años y su ídolo 44. Pocos podrían imaginarse entonces que el Beatle desaparecería antes y que Berry y el imperio de su guitarra sobre los escenarios llegaría hasta estos años del siglo XXI.

Como figura legendaria desde los cincuenta, Berry y su música ha tenido su justa visibilidad en la gran pantalla. Muchas de sus canciones han sido parte de bandas sonoras y en varias películas se le han hecho guiños y homenajes. Una de las más recordadas es Volver al futuro (1985) en la que Marty McFly interpreta el clásico Johnny B. Goode  y pone a bailar frenéticamente a los asistentes al baile en el que sus padres se están enamorando.  La escena alcanza el punto de genialidad cuando un supuesto primo de Chuck Berry lo llama por teléfono, mientras McFly está tocando, para contarle sobre ese sonido que él (Chuck) estaba buscando.

En 1994 Quentin Tarantino incluyó en Pulp Fiction la escena, ya emblemática del cine contemporáneo, en la que Vincent Vega (John Travolta) y Mia Wallace (Uma Thurman) bailan You Never Can Tell de Berry.  Y si de baile se trata, no se pude pasar por alto que Chuck Berry popularizo el Duck Walk (andar de pato), esa forma singular de moverse sobre el escenario con la guitarra, la cual enloquecía a sus fanáticos.

 En un momento de la presentación referida al principio Chuck Berry le dice a John Lennon: “Johnny, let’s be good”, antes de arrancar a tocar la canción Jonny B. Goode. El juego de palabras es una genialidad de la improvisación de Chuck, pero si la traducimos y la aceptamos en el sentido literal, entenderemos que en ese momento, y siempre, fueron buenos, enormes músicos. Y lo serán para siempre. Ahora que Chuck ha muerto, 37 años después de Lennon, podemos imaginar un emotivo reencuentro para seguir tocando rock and roll.    

Comentarios

  1. Sus reseñas cada día son más necesarias. Lo felicito e invito a que oigamos un L.P. (vinilo) que tengo en casa.

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