Todos los que dicen que era la mujer más bella del mundo, la adorable criatura, lo dicen con ojos testiculares. Él, que oyó su llanto inexplicable mientras dormía en su cama, que olió su aliento de amanecer, que soportó las tormentas de su periodo regular, que observó al detalle las raíces del negro despigmentando al rubio, dijo:
"¿Puede un hombre sonreír cuando contempla a la mujer más triste del mundo?"
Vidas Rebeldes, memorias de Artur Miller, 1988
Una nota de Javier Molina sobre la fantasía que resucita a Marilyn todos los días, en El País, a 50 años de la rubia sin oro.
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