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La danza de la realidad de Jodorowsky



Se aproxima el estreno de La danza de la realidad, la nueva película de Alejandro Jodorowsky, basada en su propia experiencia de vida en Chile (con Enrique Lihn y los teatreros) en Francia con Bretón y los surrealistas y el teatro pánico, en México con los chamanes y el cine. En Chile la consideran una producción nacional:
El jueves 18 de abril se anunció la Selección Oficial de la competencia principal del Festival de Cannes. Había bastantes famosos: Polanski, los hermanos Coen, Steven Soderbergh y Sofía Coppola. Sin embargo, nada de Sudamérica. Ni siquiera de Brasil o Argentina, países con un importante nivel de producción. Sólo México logró entrar a la competencia.
Todo cambió cinco días después, cuando se dio a conocer la Quincena de Realizadores, una sección dedicada al cine más iconoclasta. En tal selección destacaban tres cintas de directores chilenos en competencia. De un momento a otro, el cine de nuestro país era importante en Cannes. De un momento a otro, Chile era el país que más se repetía en la Quincena. En la misma conferencia donde se dio a conocer la selección, el delegado general de la Quincena, Edouard Waintrop, afirmó: “Chile es una de las cinematografías emergentes del mundo”.
Los tres largometrajes de autores vernáculos son La danza de la realidad, de Alejandro Jodorowsky; Magic magic, de Sebastián Silva, y El verano de los peces voladores, de Marcela Said. Además, se exhibirá el documental Jodorowsky’s Dune, que describe los esfuerzos de Jodorowsky por llevar a la pantalla grande la novela de ciencia ficción homónima de Frank Herbert. El filme finalmente lo hizo David Lynch en 1984.
Las tres películas no pueden estar más diferenciadas entre sí: El verano de los peces voladores es la primera película de ficción de la hasta ahora documentalista Marcela Said; La danza de la realidad es el retorno de Alejandro Jodorowsky a la dirección, tras 23 años, y Magic magic es un trabajo hecho, con equipo y producción norteamericanos, por Sebastián Silva.
La cinta del autor de El topo (1970) es el relato de su infancia en Tocopilla, en los años 30. La protagoniza su hijo Brontis Jodorowsky, en el rol de Jaime Jodorowsky, el padre del realizador. También está el niño actor Jeremías Herskovitz como el pequeño Alejandro. “Súbitamente me convertí esta semana en el centro de atención de Cannes. ¿Qué puedo decir? Antes que nada tengo gran gratitud a la gente de Tocopilla, que el año pasado nos dejó rodar en la ciudad. Llegamos e invadimos un poco el territorio, reconstruyendo varios edificios, entre ellos la casa de mi infancia, que había sido arrasada por un incendio”, cuenta Alejandro Jodorowsky desde su casa en París. “Pero tengo enojo con el Fondo Audiovisual. Postulé muchas veces, pero no nos dieron nada. Finalmente, productores franceses, mexicanos y el chileno Xavier Guerrero me ayudaron”, agrega el cineasta sobre un filme que costó cuatro millones y medio de dólares.
Sobre cómo es la cinta, el director dice con ironía: “Se van a llevar una sorpresa. Es mi película más emotiva y más ambiciosa. Es tan arriesgada que o es un gran éxito o un rotundo fracaso y mi carrera se acaba en Cannes”.
En el blog de Jodorowsky, esta entrevista de Erik Morse sobre algunas decisiones de vida, algunos maestros, modelos éticos y estéticos  y los proyectos a futuro:



E.M.- A lo largo de su carrera artística, que ha imitado o aspirado a la estructura de las disciplinas de artistas como Da Vinci, Petrarca o Cocteau, como una especie de “hombre del Renacimiento” – autor, novelista gráfico, cineasta, dramaturgo y director, espiritualista, psiquiatra, etc ¿Por qué crees que el mundo del arte moderno desaprueba tan fuertemente a los artistas que intentan ampliar su obra principal para muchos géneros o disciplinas a la vez? ¿Todavía vivimos en la sombra teórica de la muerte del autor?
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A.J.- El Arte de ninguna manera es “one artistic career”. Un artista genial no emplea “disciplinary structures”. Un artista auténtico se caga en la idea de ser un “Renaissance man”. Si tienes testículos no más grandes que una nuez, puedes correr detrás de una sola libre. Pero si los tienes del tamaño de melones puedes correr detrás de 30 liebres a la vez y cazarlas todas. Yo he sido un precursor adelantado 30 años. En el siglo 20 un artista debía dedicarse a ser esclavo de una sola etiqueta: un “pintor” no podía ser un “escritor” ni un “danzarín” ni un “chamán”. Las cosas en el siglo 21 han cambiado. Antes un teléfono era sólo un teléfono. Ahora lo que era un teléfono es un aparato que sirve también para fotografiar, escuchar música, enviar frases escritas, conocer la temperatura, indicarnos el camino correcto, etc. Pronto será también un vibrador sexual y un lanza-dardos venenosos. ¿Porqué entonces un artista no sería innumerables cosas?
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E.M.- Entre su fascinación por las tradiciones medievales como la alquimia, tarot y los Borgia y su trabajo siempre documentado con la ciencia-ficción en la novela gráfica [El Incal, Metabaron, etc], que son constantemente “vajes en el tiempo” entre el pasado y el futuro lejano en busca de inspiración. ¿Crees en ti mismo como “pertenencia” del todo con el momento presente? ¿Estar “enraizado” en en presente, es importante para usted?
A.J.- En todo momento el pasado y el futuro existen en nuestro presente. Pero para vivir esto hay que tener un cerebro libre de límites impuestos por la familia, la sociedad y la cultura. Muchos viven sólo en el pasado, son ciegos aterrados que no quieren ver el futuro, y, insensibles a punta de definiciones intelectuales, apenas logran vivir en un fragmento de presente. ¿Qué más te puedo decir? Cada vez que salgo a la calle la veo llena de muertos vivos paseando sin ir a ninguna parte.
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E.M.- Cuando se le preguntó cuál de sus películas sigue siendo su favorita, contestó Sante Sangre (1989) – una maravillosa sorpresa debido a la devoción mostrada hacia películas como Fando y Lis, El Topo y La Montaña Sagrada. También es mi favorita. ¿Me puede decir sobre el origen de la película y la historia de Gregorio Cárdenas Hernández? Parece que la película es volver a conectar con su trabajo en la pantomima. ¿Qué hay en Sante Sangre que sigue siendo única entre sus películas?
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A.J.- No me des el trabajo de contarte la vida del asesino mexicano Goyo Cárdenas. La encuentras en Internet. Cuando él salió, declarado “sano”, de un encierro de diez años en un manicomio después de haber asesinado a muchas mujeres, se graduó de abogado, escribió novelas, se casó y tuvo varias hijas. Lo encontré un día en el café del periódico donde los dos colaborábamos. Me encantó hablar con un ex-asesino en serie. Le pregunté qué sentía. Me dijo que no se recordaba de nada, que ya era un hombre normal y muy bueno. Se creía redimido… Entonces pensé, si este hombre, que ha estrangulado a unas 17 victimas lo ha olvidado todo, vive tranquilo y es respetado, esta sociedad criminal en la que vivo, este periodo sucio de la historia humana, vergonzoso, cruel, puede ser olvidado, arrojado al tarro de basuras de la historia, ¡LA HUMANIDAD ASESINA PUEDE REDIMIRSE! De este encuentro nació Santa Sangre.
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E.M.- Con su próxima película, Danza de la Realidad, que estará produciendo el primer largometraje en más de veinte años. Sin embargo, los fans de sus películas han seguido los rumores de proyectos misteriosos como Abel Caín, los hijos de El Topo y King Shot con colaboradores como David Lynch, Marilyn Manson y Johnny Depp. Sin duda, la adaptación Dune, para el que comenzó famosa producción en 1974 con colaboradores como [los artistas gráficos] Moebius y HR Giger, Orson Welles y Salvador Dalí, es el más famoso de estos intentos abortados. ¿No nos fijamos en estas obras “fallidas” como una parte / efecto necesario del proceso y su perspectiva cinematográfica inflexible? Para usted, ¿hay tanta belleza en el incompleto como en el total?
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A.J.- Todo es para bien. Si no filmé en 20 años, nunca dejé de ser cineasta, es decir, poeta. Todos los proyectos anteriores fueron una preparación que me llevó a lo que hoy soy. El universo está en contínua expansión, tal como la mente de un artista. Si no filmé mis anteriores proyectos es porque no debía filmarlos. No fueron abortos, fueron grandes semillas. Definitivamente “La Danza de la realidad” es el mejor de mis anteriores filmes, pero no es mejor que mis próximos filmes.
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E.M.- ¿Puedes contarnos un poco sobre el proceso de filmación de Danza de la Realidad? Parece muy envuelta en el secreto por el momento. Sabemos pocas cosas – que se basa en la autobiografía del mismo nombre, que se centra principalmente en su infancia, sino que se financia con un puñado de ricos mecenas, que fue filmado en un pueblo cerca de su ciudad natal, Tocopilla, y protagoniza la mayor parte de su familia. ¿La película es acerca del libro o es que sólo utiliza un plan preliminar durante el rodaje?
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A.J.- Conseguí dinero para filmar un film al que no le importa perder dinero. Soy un artista, no un empleado de Hollywood. A mi ningún productor me viene a decir lo que debo o lo que no debo filmar. No introduzco propaganda política subliminal, no le hago propaganda subliminal a productos comerciales, no me dirijo a un público de compradores, ni me interesa cómo reaccionarán los idiotas o los adultos infantilizados… No hago publicidad previa, no permito un making-off, prohibo hacer fotos o videos durante la filmación, no prometo nada.
Los niños se gestan en la oscuridad del vientre materno, yo no tengo por qué sacar a la luz antes de tiempo a mi feto. La película está terminada. Te lo aseguro: es una obra maestra. La verás cuando se estrene en el festival de Cannes.
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E.M.- ¿Cuál fue su experiencia de revisitar Tocopilla después de todos estos años? ¿Cuál era el estado de la ciudad? ¿Había cambiado mucho desde la última vez que lo vio? He leído que los lugareños le apodaron “El alcalde Jodorowsky” porque prácticamente ha reconstruido Tocopilla.
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A.J.- Sólo tuve que reconstruir mi casa, porque se había quemado. Tocopilla es casi un pueblo fantasma. Tiene unos 30.000 habitantes, que para trabajar deben ir a ciudades vecinas. En 80 años no ha cambiado nada. Hay un sólo nuevo edificio. Encontré a Tocopilla igual como lo conocí cuando niño. Todos los tocopìllanos colaboraron con mi filme. Estoy tratando de hacer en el próximo mes el estreno oficial de La Danza de la Realidad en Tocopìlla. Aunque ahí hay dos muy pequeños hoteles, para no más de 50 personas. Los invitados, tendrían que dormir en carpas.
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E.M.- ¿El rodaje de la Danza de la Realidad y el retorno a Tocopilla es un ritual de sanación para usted después de “renunciar” a su nombre como un muchacho de quince años hace tanto tiempo? ¿Fue también una manera de permanecer muy cerca de sus propios hijos, que han estado en muchas de sus películas anteriores?
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A.J.- Así es. Exactamente tal como lo dices.
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E.M.- Con películas como Santa Sangre y el Colmillo, que ha tratado con los temas de la infancia y de la memoria y nos sumerge en la experiencia en el mundo del niño. Y a menudo considero algunos de los momentos más bellos del cine a ser aquellos que exploran alguna relación especial entre la maravilla de la juventud y de la magia del cine. Por ejemplo, Zero de Jean Vigo de Conducta, 400 golpes de Truffaut o Los niños del paraíso de Marcel Carné. ¿Puede explicar esa conexión psicológica o fantástico especial que existe entre los ojos de un niño y la pantalla de cine?
*
A.J.- Todos guardamos en el alma un niño secreto. Esa “special psychological or fantastical connection that exists between a child’s eyes and the movie screen” es la misma que día a día, momento a momento existe en nuestra vida diaria. No hay ningún adulto, en esta sociedad, que no sea un niño que sufre de no vivir en el mundo ideal que ansía.
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E.M.- También se rumorea que va a comenzar la producción de Hijos de El Topo, la esperada secuela de El Topo, poco después de la Danza de la Realidad, ¿es cierto esto? ¿Cree que un día se retirará del cine?
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A.J.- He regresado al cine. Por supuesto que voy a continuar. Para después del estreno de la Danza, barajo varios proyectos, esperando que la magia de las circunstancias, por esa divina sincronicidad, me indique cuál realizar. ¿Los hijos del Topo? ¿Juan Solo? ¿Albina y los hombres-perro? ¿La continuación de La Danza de la Realidad?… Aún no lo sé.

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