Ir al contenido principal

Cinco Piedras


Juan Sebastián Gaviria*



Diversión


Una buena novela debe ser divertida. Dinámica. Viva. Algo que le ponga a circular la sangre al lector. El trabajo del novelista es, de cierta manera, usar la pirotecnia de la acción para empujar a los lectores contra los límites de su imaginación y encaminarlos hacia el cuestionamiento sistemático de los valores de su tiempo.



Filosofía


A veces, las más filosóficas de las novelas son esas en que los pensamientos de los personajes o los insights del autor resultan más escasos, y en ocasiones ausentes. Por filosofía me refiero a la invitación al cuestionamiento. La narrativa debe generar momentos y situaciones en que el lector se vea obligado a avivar su propia voluntad indagatoria. Ese impulso de irreverencia y vitalidad mediante el cual el arte redefine conceptos constantemente. Es imposible que un lector no filosofe después de haberle echado un vistazo al ser humano desde una perspectiva amoral y apolítica. Sólo en la narrativa que carece inclinaciones moralistas el lector puede ver cuán relativos y frágiles son sus propios valores y sus más íntimas convicciones. 



Peligro


Alguna vez oí decir que un buen libro debía ser un fiel reflejo de la época y el lugar del que brotó. Al contrario, pienso que un buen libro debe bufarse, mediante los mecanismos que estén a la mano, de las convicciones y tendencias de la cultura que lo vio nacer. Debe abandonarlas para iniciar un viaje insólito y peligroso. Entonces se accede a una temática humana, universal. Cuando la razón es puesta a prueba y los límites éticos y estéticos son empujados palabra a palabra, la escritura, y por ende la lectura, se convierten en verdaderas experiencias fisiológicas. Íntimas. Claro que hay momentos de enfermedad y asfixia, y de hecho, todo buen lector debe saber dudar ante la ausencia de éstos. Para lograr algo de este calibre, el autor ya debe haber librado sus propias batallas, por supuesto. Quizás no haya mayor peligro para un escritor que el deseo de sentirse útil. La inutilidad del arte es su más grande virtud. Hoy más que nunca. Sólo los libros que se han librado de las triviales exigencias de su época y su sociedad pueden aspirar a sobrevivir algún tiempo.



Amor


Cuando el autor se aproxima con amor a las situaciones humanas, por horribles que sean, puede generarse algún tipo de reconciliación con la oscuridad, una especie de asimilación de la monstruosidad. A veces pareciera que el mundo como lo conocemos no se deja querer, pero correr junto a la gran bestia y no desesperar es parte del trabajo del novelista. En ocasiones, el novelista debe elevarse por encima de su propia repulsión para poder comprender, y para tratar de comulgar con el caos, lo que significa aceptar su participación en éste. El novelista, por defecto, es alguien que vive obsesionado por descubrir la naturaleza humana, una y otra vez, de maneras cada vez más insólitas. Eso es algo que no se puede hacer sin amor. Y no me refiero a “amor por la escritura”, sino al amor por las fuerzas que se manifiestan en los hombres. Un amor a la complejidad humana.



Alter egos


Mediante sus personajes, el novelista puede simular realidades alternas en toda su magnitud. Este escapismo de la subjetividad es el pasaje a descubrir cuán relativos y pasajeros son los principios humanos. En este aspecto, el arte del novelista no es tan distinto al de un actor. Vivir las vidas de otros, y vivirlas a fondo. Pero la complejidad de estos personajes, aún cuando se trate de uno simplón y fútil, hace la diferencia entre una historia convincente y una inverosímil. No pueden haber “buenos” y “malos”, y realmente, creo que sobre todo hoy en día los héroes y los anti-héroes son prescindibles. A veces, el protagonista de una novela es el personaje menos interesante de todos, y en gran parte su valor radica en que es mediante éste que la historia se hila. No importa. De hecho, “el protagonista” de una novela puede ser un muerto o un objeto, porque todo buen libro debe ser realmente protagonizado por el hambre intelectual, por la inquietud insaciable. Cuando una novela cuenta con personajes ambiguos, contradictorios e incongruentes (o sea, reales), se respira un aire verdaderamente humano. Cuando yo leo por primera vez el nombre de un personaje, siempre tengo en cuenta que estoy lidiando con una sonda que el autor lanzó hacia la oscuridad para que realizara un viaje sin retorno.


*Novelista colombiano. Su más reciente libro se titula Contenido explicito. 

Comentarios

  1. además de dejarlo sin aliento, un buena novela debe llevar al lector hacia si mismo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Nos gustaría saber su opinión. Deje su comentario o envíe una carta al editor | RC

Entradas populares de este blog

Buenos Aires en cinco poemas

Pablo Di Marco      Tantas veces me han pedido mi opinión sobre temas de los que no tengo la menor idea, tantas veces me han pedido que escriba artículos sobre cuestiones inverosímiles…  Hoy podré darle un respiro a mi inutilidad. ¿Por qué? Porque los amigos de Revista Corónica quieren saber cuáles son mis cinco poemas favoritos que giren en torno a Buenos Aires. No se me ocurre trabajo más sencillo y grato. Podría nombrar cincuenta. Buenos Aires transpira literatura. En cada esquina, farol y empedrado se esconde la huella de algún poema, cuento o novela. No nombraré a los mejores, nombraré a los más queridos, a esos que viajan siempre conmigo, esos que recito y tarareo sin siquiera pensarlo.   “Setenta balcones y ninguna flor” de Baldomero Fernández Moreno      Este poema eclipsó al resto de la obra de Baldomero Fernández. ¿Cuál es su secreto? Intuyo que una irresistible alquimia de encanto, inocencia y sencillez. A lo que debemos sumarle el eterno debate en

Cinco cuentos de Santander, por Daniel Ferreira

La gente quería un favor pero no lo pedía. No había fórmulas de deferencia, porque era una sociedad sin castas. No se usaba más que una forma del pronombre para el trato: usted. Lo cual creaba distancia en la conversación. Se llegó a confundir esa parquedad con agresión, hasta que se aceptó como una forma de la autonomía y acaso de la timidez, porque la mayoría sigue siendo una población de origen campesino y de autosuficientes madres solteras. No hubo esclavitud africana en ese territorio, pero sí alcabalas indígenas con impuestos infames. A las etnias rebeldes de origen Caribe que poblaron las riberas del río grande que llamaban Caripuaña o río de los muertos, se les persiguió y fueron diezmadas por los españoles con un arma bacteriológica: dejaban abandonados en medio de los pueblos indígenas a un enfermo con viruela. Pipatón lideró la resistencia indígena hasta que fue capturado y llevado al panóptico donde le dejarretaron los pies para impedir su fuga. El primer alzamiento cont

Se estrena el documental basado en la vida de Jacobo Grinberg

Reforma, sobre la desaparición de Jacobo Grinberg, 1995 | Fuente: El País Jacobo Grinber Zilberbaum fue un psicólogo mexicano dedicado al estudio de la conciencia. Escribió medio centenar de libros entre los que destacan una serie sobre el chamanismo mexicano (Chamanes de méxico, Pachita), libros de cuentos como La luz angelmática, su libro de memorias La conquista del templo, manuales de experimentos llevados a cabo en el Laboratorio del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, investigaciones financiadas por la UNAM y el gobierno mexicano. Desaparecido en extrañas circunstancias, aún indeterminadas, su figura y obra ha retomado un impulso para su internacionalización. Estucha Grinberg, hija y heredera, ha relanzado una plataforma digital con la totalidad de la obra de Grinberg digitalizada . Y en el festival de Cine de Málaga España 2020 se ha estrenado el documental El secreto del doctor Grinberg . Grinberg egresó de la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde cursó la

Que hablen de ti, aunque sea mal

Carlos Castillo Quintero E l nombre de Oscar Wilde va unido al ruido y la figuración. Mordaz y extravagante, este escritor irlandés sigue vigente con libros como «El retrato de Dorian Gray», «Salomé», o «La importancia de llamarse Ernesto». Sin duda Wilde fue una de las mayores personalidades de su tiempo; celebrado como poeta y dramaturgo, deslumbró a los salones londinenses con su ingenio. Fue acusado de sodomía, enjuiciado, condenado, y recluido en la cárcel de Reading. Murió en 1900, en el exilio, arruinado material y espiritualmente. Hoy, de su extensa obra que incluye poemas, cuentos infantiles, obras de teatro, libros de ensayos, una novela, y cientos de epigramas, son estos últimos los más leídos gracias a la explosión de las redes sociales. Escribió Oscar Wilde: “Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti” , frase que han traducido los asesores de imagen simplemente como: Que hablen de ti, aunque sea mal . Esta recet

Cinco poemas para un regreso

Por Carlos Alberto Castrillón* Me piden que escoja los cinco poemas de autores quindianos que más me gustan. De inmediato la mente se activa y permanece alerta por un buen rato. Regresan las viejas lecturas y los momentos gratos que la poesía favorece. La memoria se pone en “modo taxonómico”, pero al poco tiempo las jerarquías entran en crisis. Debo incluir un poema de El libro de los fantasmas, de Luis Vidales, poemario un tanto menospreciado ante el brillo de Suenan timbres; el poema ha estado marcado en ese libro desde hace 30 años. Es obligatorio agregar la poderosa «Canción del amor fugaz», de Carmelina Soto, que considero un ejemplo perfecto de su poética rebelde y autónoma. Un poema de Ricardo Cuéllar es indispensable para recordar una poesía densa y perdurable con la que conecté sin dificultades cuando la conocí tardíamente. Para el balance de tono, ya escogí uno de Omar García Ramírez, que ofrece el contraste perfecto, con la lucidez y el descreimiento que admiro en su poes