Ir al contenido principal

Las cartas de la ficción


Yeni Zulena Millán

Hoyos, José. (2016). Hilo de Araña. Colección de escritores pereiranos. Pereira. Instituto municipal de cultura y fomento al turismo. 119 páginas

Un solo movimiento y la resonancia se extiende entre países disímiles; entre personas acaso escépticas que atienden, sin advertirlo, al llamado de alguna conjetura. O de algún miedo. O de algún genio libresco con potestad de resolver o desmembrar sus sueños.

Hilo de araña se asoma a los ojos del lector como una ruleta cabalística de trece cuentos. Al reverso de la baraja están los ejercicios epistolares entre personajes, los libros que revelan pasadizos ocultos a otras secciones de la realidad, la ironía para deshabituar la literatura de los olimpos pretenciosos de la academia y la seriedad: obliga a poner el oído de nuevo en tierra para descubrir el rumor de agua que alimenta silentemente la ocasión y la casualidad.

“Correspondencia telúrica” parece decir que aquello que más fervientemente buscamos quizá no está a la vuelta de la esquina, sino dos casas después de esta: “Cualquier cosa era más interesante que ese libro. Un misterioso anciano que estaba sentado en la mesa de enfrente se me hizo más interesante que cualquier cosa” (p. 7). “Mujer araña” un título de cómic,  sugerencia de una doble naturaleza, pone en el tablero a Celina y  a Juanjo, dejándose palabras al borde del rompimiento marital. Ambos reaparecerán con nuevos aires en otros relatos: “Reina con miedo”, donde la reina es una Celina pretendidamente fortalecida, con conciencia del mundo desajustado, que bien conocen las que “trabajamos boca arriba” (p. 34); Juanjo, en “Rojo pedazo de relámpago”, como el escritor que testimonia las últimas palabras de un muchacho que decide ponerse “admirablemente en el piso de la calle, como una hoja seca” (p. 29).

“El señor Pedraza no tiene perdón” deja a la vista que el enemigo de todo un pueblo no es más que un santo lapidario; un arrepentido que se conforma con el desprecio porque la conmiseración sería un infierno despejado. “Blanco sobre negro” se desliza como un hombre por el pasaje del pensamiento: “Martín está mudo porque cuando la muerte habla, uno calla” (p. 44); lo auténticamente irresoluble no es verse obligado a abandonar la vida que se pensaba, sino cesar la lucha de pensarse en una vida “El mundo moderno está enfermo. La peor enfermedad la padece la gente normal: está completamente loca” (p. 47). “Alivio para Sonia” suelta la bala en la recámara y la pone a girar con la pregunta: ¿La literatura es la cura o es la enfermedad?

“El club del cómic” ofrece una respuesta evasiva: es un circo, un patio de recreo. Hoyos parece sugerir que lo literario no es lo que se define, sino lo que sucede: un relámpago en la médula, no un sermón sobre títulos apilados. También es la oportunidad para presentar a la tallerista “una señora templada y elegante” (p. 59) –de cerca emparentada, podría ser, con la señora Forbes – que aparecerá en el siguiente cuento, “Luz del Atrato”. Doña Lourdes, la tallerista de la Biblioteca municipal, la insufrible señora de la casa donde trabaja Luz, empecinada en humillarla, no se dará cuenta sino hasta que ella haya huido, de que los ricos, lo de su tipo, “no saben qué es bueno y qué es malo, solo se preocupan por decir qué es arte y qué no” (p. 72); aún más esclarecedor: deberá resolver el interrogante con que Luz mina la carta que le deja “¿Habrá algún grado de parentesco para la esposa del papá de mi bebé?” (p. 75).

“Perdomo” prosigue la historia iniciada con Sonia jugando con la posibilidad de que la literatura sea una enfermedad que nos trae a la vida. “Terminación del hombrecito”, “Historia nodriza” e “Hilo de araña” cierran la lúdica de los nombres, de los contrarios encontrados, de las previsiones imposibles. Hay, sin embargo, una terraza momentánea donde los personajes se detienen para decir lo que tal vez al lector pudiera escapársele: “La poesía derriba cuando palpita en el puño del poeta” (p. 107), “Prefiero ser filoso que filósofo” (p. 108), “Un finísimo hilo de araña une todo lo que tenga vida” (p. 114).

Al garete de la noche, insectos revoloteando, merodeando las páginas apetecibles que deja tramposamente a la intemperie José Hoyos, acerquemos la vista para leer la invitación: “ahí tienes pues una historia hecha de historias lúcidamente absurdas hasta casi competirle a la realidad” (p. 109).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Discurso de Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022

Annie Ernaux, Premio Nobel, diciembre 2022 fuente: wmagazín Discurso de Annie Ernaux por el Premio Nobel de Literatura 2022. Traducción del francés de la revista mexicana Pijamasurf : ¿Por dónde empezar? Me he hecho esta pregunta decenas de veces delante de la página en blanco. Como si tuviera que encontrar la frase, la única, que me permitiera empezar a escribir el libro y barrer con mis dudas de golpe. Una especie de llave. Hoy, para afrontar una situación que, tras el estupor del acontecimiento –"¿de verdad me está pasando esto a mí?– mi imaginación me presenta con un miedo creciente, es la misma necesidad la que me abruma. Encontrar la frase que me dé la libertad y la firmeza para hablar sin temblar, en este lugar donde me han invitado esta noche. Esa frase, no necesito buscarla muy lejos. Surge. En toda su nitidez, su violencia. Lapidaria. Irrefragable. La escribí hace sesenta años en mi diario íntimo. "Escribiré para vengar mi raza". Se hacía eco del grito de Rimb

Roberto Saviano, En la sombra de la muerte, un documental de Elisa Mantin

Roberto Saviano (Nápoles, 22 de septiembre de 1979) es un periodista, escritor y ensayista italiano.​ En sus escritos y artículos utiliza el reportaje y la literatura para contar la realidad económica, territorial y de empresa de la Camorra en Italia y del crimen organizado en general. Saviano saltó a la fama en 2006 con la publicación de su novela Gomorra, en el que describe los negocios de la Camorra, basándose en hechos reales. Amenazado de muerte, vive escoltado desde entonces. En la sombra de la muerte es un documental de Elisa Mantin.  

Buenos Aires en cinco poemas

Pablo Di Marco      Tantas veces me han pedido mi opinión sobre temas de los que no tengo la menor idea, tantas veces me han pedido que escriba artículos sobre cuestiones inverosímiles…  Hoy podré darle un respiro a mi inutilidad. ¿Por qué? Porque los amigos de Revista Corónica quieren saber cuáles son mis cinco poemas favoritos que giren en torno a Buenos Aires. No se me ocurre trabajo más sencillo y grato. Podría nombrar cincuenta. Buenos Aires transpira literatura. En cada esquina, farol y empedrado se esconde la huella de algún poema, cuento o novela. No nombraré a los mejores, nombraré a los más queridos, a esos que viajan siempre conmigo, esos que recito y tarareo sin siquiera pensarlo.   “Setenta balcones y ninguna flor” de Baldomero Fernández Moreno      Este poema eclipsó al resto de la obra de Baldomero Fernández. ¿Cuál es su secreto? Intuyo que una irresistible alquimia de encanto, inocencia y sencillez. A lo que debemos sumarle el eterno debate en

John Reed por Paco Ignacio Taibo II (Los nuestros, documental)