Lo más útil fue descubrir que tú y yo somos la misma persona Hace treinta y siete años escribiste, a propósito de la que fuera tu ciudad-cárcel, unas líneas que recordé en mis primeros pasos por las calles que caminaste joven y fresco, con los ojos juguetones de quien mira el mundo con posibilidad de narración, muchacho de unos veintitrés, cincuenta años atrás: “por entre edificios que hay que esquivar, pues se nos vienen encima”. A mi memoria venían otros fragmentos del mismo cuento “CERRADO POR REFORMAS, CERRADO POR REPARACIÓN. ¿Qué tipo de reparación? ¿Cuándo termina dicha reparación, dicha reforma? ¿Cuándo por lo menos, empezará? Cerrado, cerrado, cerrado. Todo cerrado…” Mi viaje para visitar el único lugar donde al menos podría hacerte un homenaje también estaba cerrado por restauración. Pero Rei, ésta vez sí se veían animados los trabajadores en sus andamios pintando la Casa Museo. Entramos, insistentes y nos despacharon como a turistas que no entienden que no hay aten
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