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Andrés Caicedo, doméstico



Rosario Caicedo, hermana del escritor colombiano Andrés Caicedo (fallecido el 4 de marzo de 1977) concedió una entrevista para el blog http://elateneista.blogspot.com. Allí recuerda las circunstancias en que se dio la entrevista memorable con Sergio Leone (que figura en Ojo al cine), habla sobre la ciudad que le tocó en suerte a Caicedo y sobre la labor de sus albaceas (al padre de Caicedo, el cineasta Luis Ospina) que fue determinante para que la obra de Caicedo sea leída hoy.

Dice Rosario Caicedo:

En una de esas visitas cuando tú vivías en Houston, le hizo la famosa entrevista a Sergio Leone que aparece en Ojo al cine. ¿Cómo hizo el contacto con el director italiano? ¿Qué sabes de eso?
Imagínate que justo Le hace la entrevista a Leone mientras estaba conmigo en Nueva Orleans. Habíamos ido por el fin de semana. Por casualidad Leone estaba en la filmación de una película allí (Se trata de Mi nombre es ninguno de Tonino Valeri-- Leone oficiaba como productor)  y Andrés  no tenía ningún contacto alguno con él, pero él solo  consiguió la entrevista; sin pena ni nada se acercó y el mismo pidió entrevistarlo. Y quiero hacer énfasis de lo profundamente tímido que era Andrés, pero no cuando se trataba de algo que tuviera que ver con el cine! Mientras estábamos en New Orleans  yo  lo llevé la mañana siguiente a encontrarse con Leone al hotel donde el director y el equipo de la película se encontraban alojados. Yo no lo podía creer, ahí estaba Andrés, al lado de un importante director de cine. Me quedé aterrada de que Leone le hubiera dado la entrevista. Yo creo que Andrés mostró saber tanto sobre su obra que el realizador se quedó  impresionado de su conocimiento cinematográfico. Cuando Leone le concedió la entrevista, le advirtió que solo estaría libre por unos veinte minutos y que allí charlarían. La charla se extendió por un larguísimo tiempo.  Todavía recuerdo la cara de sorpresa de Leone ante cada pregunta de Andrés…al final se acercó a mí, Leone, y me dice con gran picardía, entre español e italiano: “Dime por favor, de donde salió este Bambino?


Me imagino que una de las razones por las cuales Andrés podía sentirse tan profundamente  aislado culturalmente  en un lugar como Cali era la imposibilidad de conseguir discos o libros. ¿Te escribía mucho pidiéndote libros?
Bueno, el aislamiento cultural era no solo en Cali, era en la gran mayor parte del mundo…estamos hablando de un momento histórico cuando esta RED DIGITAL no nos estaba ahogando con quizas DEMASIADA información… en esa época, Andres, fue capaz, como tantas otras personas, a ser propietario de un profundo conocimiento cultural que es de verdad extraordinario…Lo que produce el deseo, el hambre por querer saber sobre lo que uno DESEA saber… Pero claro que Andrés me pedía libros y discos. Yo recuerdo claramente cuál fue el primer disco que le mandé, fue  Exile on Main Street. Le mandé muchos discos de los Stones. Cuando él estuvo acá para el festival de cine de Nueva York  me visitó en New Haven,y lo llevé a un almacén de discos que le fascino. Había de todo lo que él quería.  Andrés habló inmediatamente con el dueño y a pesar de su tartamudez y de que hablaba poco inglés le sacaron los discos piratas que él pedía. El sello de los discos se llamaba Edición Pirata de Calidad y a Andrés le pareció maravilloso el “juego de palabras” y se compró varios.


Encuentro en Ojo al cine un artículo que data de 1969 sobre el Bebé de Rosemary publicado en el Magazín del Espectador. Andrés tenía 18 años, ¿Esas cosas no se celebraban en la casa, no eran motivo de orgullo?
Había un gran sentido de orgullo, evidentemente. Mis papás se empezaron a dar cuenta de que él era de una gran brillantez intelectual, pero tenían  mucho temor al pensar en el futuro económico de Andrés: En pocas palabras: como se podría ganar la vida siendo escritor?  Aparte de eso tenía un tipo de vida muy distinto al que ellos querían que él  tuviera.  Eran otros tiempos---las expectativas y comunicación entre padres e hijos eran bastante distintas a las de hoy…Quiero hacer énfasis en que mi papá después de la muerte de Andrés hizo valiente una labor introspectiva acerca de su  relación con él. El cómo padre usó la tragedia de perder a un hijo para tratar de entenderlo más, para ayudar a mantenerlo vivo. Es esa valentía de mi papa la que nunca cesare de admirar. Un gran legado.


¿Tu papá es el responsable de que la mayoría de los escritos póstumos de Andrés, no se hubieran perdido para siempre?
Así es. A él y a Luis Ospina y a Sandro y a Ramiro Arbeláez y a María Elvira Bonilla y a Alberto Fuguet se le deben mucho… y a muchos otros, como Andrés los llamaba, de sus pocos buenos amigos. A sus fieles lectores.  Si no fuera por todos ellos muchos  de sus escritos se hubieran perdido. Pero vale la pena hacer énfasis en que Andrés era muy meticuloso con todo lo que escribía. Él sabía desde muy pequeño, pienso yo, que no iba a vivir mucho tiempo. Su disciplina como escritor era admirable.
Más que disciplina era una obsesión.
Si,  La obsesión, la misteriosa obsesión del creyente, y uso esta palabra porque pienso que para Andrés el cine y la escritura eran su religión.  Es como si él hubiera querido convertir a la gente: de allí su advertencia: OJO AL CINE! --- como esos misioneros que se van por el mundo entero tratando de convertir a los “no creyentes.”

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