Ir al contenido principal

Instantáneas del despojo

Juan Felipe Gómez Cortés*





Hace algunos años, en el concurrido parque El Poblado, de Medellín, fui testigo de una conversación entre David Betancourt y Andrés Mauricio Muñoz, ambos cuentistas, el primero filólogo hispanista de Medellín y el segundo ingeniero de sistemas payanés, ya con obras por entonces publicadas y reconocidas en circuitos regionales y universitarios. Conversaban animadamente sobre concursos, jurados y las posibilidades de sus creaciones en algún certamen nacional. La conversación dejaba entrever, además, una devoción y conocimiento del género que me resultaron admirables. Desde entonces ambos autores, cada uno con una propuesta narrativa particular, han ido ganado un lugar en el azaroso mundo de la literatura colombiana, siempre fieles al que, para muchos, es el género primario y mayor de la literatura.

Las publicaciones, los premios, y, sobre todo, la lectura entusiasta de sus obras en diferentes círculos alternativos a la institucionalidad literaria, son motivos más que suficientes para señalar sus nombres cuando se trate de aludir al presente y futuro de la cuentística colombiana. En el caso de Andrés Mauricio Muñoz, con su libro Desasosiegos menores resultó ganador del Premio Nacional de Cuento UIS 2010, además de ser publicado por la editorial peruana Casatomada y por Ediciones Pluma de Mompox, una trayectoria más que destacada para un volumen de cuentos en nuestro país. 

En la pasada Fiesta del Libro de Medellín Andrés Mauricio presentó su segundo libro de cuentos Un lugar para que rece Adela, motivo principal de estas líneas. De la presentación me quedó el recuerdo del entusiasmo con el que Muñoz respondía a las preguntas y comentarios de su interlocutor, apuntando ideas certeras sobre la construcción de las historias y sus personajes. Aunque desde dicha presentación han pasado para mi varios meses antes de acometer la lectura del libro, una vez realizada queda la sensación de que Muñoz es tan prolijo y contundente en la creación, como a la hora de emitir valoraciones y conceptos sobre su propio ejercicio creativo.

Y es que Un lugar para que rece Adela, cuentos de despojo, es ante todo un ejercicio de estilo y sutileza narrativa. Extraídas de la más cruda, aunque a veces inexplorada cotidianidad, este conjunto de historias trascienden lo meramente anecdótico gracias al hábil manejo de la tensión y el tiempo. Las sutiles transiciones entre los recuerdos de los personajes y el presente de sus realidades marcadas por el despojo configuran una arquitectura del relato que resulta sumamente atractiva para el lector. Y no se trata de artificios ni experimentaciones sacadas como ases bajo la manga para deslumbrar, sino de puntadas bien medidas para darle al tejido narrativo la tersura que hace de su lectura una experiencia significativa.

Así, padecemos junto a Adela, personaje del primer relato, la amargura por perder el derecho a rezarle a la tumba del hombre del que fue amante al descubrir a su lado la lápida de la legítima mujer. La vida y la muerte nos juegan malas pasadas, es la idea intuimos en la melancolía de la amante viuda que deberá encontrar un nuevo lugar para rezarle a su muerto.

Los azares y el absurdo son abordados en su justa medida para darnos cuenta de que los caprichos de la vida, tratados con audacia, son materia prima inigualable para la literatura. Tal es el caso de Una carrera especial y Cuestión de registro. En el primero, somos testigos del momento de encuentro de dos vidas agobiadas por la monotonía laboral, pero que no sucumben gracias al anhelo amoroso y al infaltable solaz de la música. El segundo nos presenta la transformación en la vida de una pareja por cuenta de una situación absurda que nos mantiene en vilo y pensando: “cosas como estas pueden pasar”. La idea de ejemplificar hasta donde podemos ser arrastrados por un sistema burocrático se articula muy bien con el despojo y la usurpación de la identidad de la que es víctima el personaje de este relato, sin duda el mejor logrado del conjunto.

La decisión de escoger el despojo como elemento que detona y atraviesa las tramas de estos siete relatos da cuenta del compromiso del autor con el tipo de literatura que pone su foco en los pequeños dramas cotidianos, apelando a la unidad, pero también a la versatilidad del género cuento, permitiendo, como en este caso lo ha hecho Muñoz, alternar narradores en primera y tercera persona, ubicar frases que contienen la carga emocional suficiente para decirnos lo que es preciso de los personajes, y ahondar en sus recuerdos y en su psicología, lo que permite crear una instantánea que perdura en la mente de los lectores. Es en ese hecho de no poder desprendernos de ciertas imágenes, de ciertos momentos bellamente narrados, donde radica la virtud de un buen cuento.

Podemos cerrar el libro, olvidarnos de algunos títulos e incluso de nombres, pero la imagen del repartidor de hamburguesas interrumpiendo con una rama el recorrido de unas hormigas en el andén mientras anhela recuperar el contacto con quien fuera su compañera, seguramente permanecerá. Así también quedará en nuestro recuerdo el sentimiento de angustia de la mujer que se queda sin poder servirle en la Nochebuena un trozo de natilla al amor de su vida, del que lleva veinte años separada. Y ni que hablar de la desazón del hombre que tiene que ayudar a enterrar al perro de su mejor amiga, ese que tenía el mismo nombre del tipo que se interpuso en la felicidad de los dos como amigos.

Imágenes tristes la mayoría de ellas, instantes de melancolía que nos confrontan con nuestra fragilidad ante el devenir de la vida, pero en los que también encontramos asideros como el humor y la ironía para sobrellevar su rigor.

La pertinencia y la virtudes creativas, además del privilegio de la edición independiente, una dedicación pertinaz al género cuento con un amplio acervo de lecturas muy bien digeridas y compartidas, y la libertad de no pertenecer ni depender del aparato editorial, convierten la obra de Andrés Mauricio Muñoz en una fuente de sorpresas que merece ser rastreada.
 
*Periodista y cuentista quindiano.


Comentarios

  1. Excelente reseña escrita por uno de los escritores con mayor futuro en el Quindío.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Nos gustaría saber su opinión. Deje su comentario o envíe una carta al editor | RC

Entradas populares de este blog

Cinco poemas para un regreso

Por Carlos Alberto Castrillón* Me piden que escoja los cinco poemas de autores quindianos que más me gustan. De inmediato la mente se activa y permanece alerta por un buen rato. Regresan las viejas lecturas y los momentos gratos que la poesía favorece. La memoria se pone en “modo taxonómico”, pero al poco tiempo las jerarquías entran en crisis. Debo incluir un poema de El libro de los fantasmas, de Luis Vidales, poemario un tanto menospreciado ante el brillo de Suenan timbres; el poema ha estado marcado en ese libro desde hace 30 años. Es obligatorio agregar la poderosa «Canción del amor fugaz», de Carmelina Soto, que considero un ejemplo perfecto de su poética rebelde y autónoma. Un poema de Ricardo Cuéllar es indispensable para recordar una poesía densa y perdurable con la que conecté sin dificultades cuando la conocí tardíamente. Para el balance de tono, ya escogí uno de Omar García Ramírez, que ofrece el contraste perfecto, con la lucidez y el descreimiento que admiro en su poes...

Buenos Aires en cinco poemas

Pablo Di Marco      Tantas veces me han pedido mi opinión sobre temas de los que no tengo la menor idea, tantas veces me han pedido que escriba artículos sobre cuestiones inverosímiles…  Hoy podré darle un respiro a mi inutilidad. ¿Por qué? Porque los amigos de Revista Corónica quieren saber cuáles son mis cinco poemas favoritos que giren en torno a Buenos Aires. No se me ocurre trabajo más sencillo y grato. Podría nombrar cincuenta. Buenos Aires transpira literatura. En cada esquina, farol y empedrado se esconde la huella de algún poema, cuento o novela. No nombraré a los mejores, nombraré a los más queridos, a esos que viajan siempre conmigo, esos que recito y tarareo sin siquiera pensarlo.   “Setenta balcones y ninguna flor” de Baldomero Fernández Moreno      Este poema eclipsó al resto de la obra de Baldomero Fernández. ¿Cuál es su secreto? Intuyo que una irresistible alquimia de encanto, inocencia y sencil...

Cinco cuentos de Santander, por Daniel Ferreira

La gente quería un favor pero no lo pedía. No había fórmulas de deferencia, porque era una sociedad sin castas. No se usaba más que una forma del pronombre para el trato: usted. Lo cual creaba distancia en la conversación. Se llegó a confundir esa parquedad con agresión, hasta que se aceptó como una forma de la autonomía y acaso de la timidez, porque la mayoría sigue siendo una población de origen campesino y de autosuficientes madres solteras. No hubo esclavitud africana en ese territorio, pero sí alcabalas indígenas con impuestos infames. A las etnias rebeldes de origen Caribe que poblaron las riberas del río grande que llamaban Caripuaña o río de los muertos, se les persiguió y fueron diezmadas por los españoles con un arma bacteriológica: dejaban abandonados en medio de los pueblos indígenas a un enfermo con viruela. Pipatón lideró la resistencia indígena hasta que fue capturado y llevado al panóptico donde le dejarretaron los pies para impedir su fuga. El primer alzamiento cont...

Discurso de Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022

Annie Ernaux, Premio Nobel, diciembre 2022 fuente: wmagazín Discurso de Annie Ernaux por el Premio Nobel de Literatura 2022. Traducción del francés de la revista mexicana Pijamasurf : ¿Por dónde empezar? Me he hecho esta pregunta decenas de veces delante de la página en blanco. Como si tuviera que encontrar la frase, la única, que me permitiera empezar a escribir el libro y barrer con mis dudas de golpe. Una especie de llave. Hoy, para afrontar una situación que, tras el estupor del acontecimiento –"¿de verdad me está pasando esto a mí?– mi imaginación me presenta con un miedo creciente, es la misma necesidad la que me abruma. Encontrar la frase que me dé la libertad y la firmeza para hablar sin temblar, en este lugar donde me han invitado esta noche. Esa frase, no necesito buscarla muy lejos. Surge. En toda su nitidez, su violencia. Lapidaria. Irrefragable. La escribí hace sesenta años en mi diario íntimo. "Escribiré para vengar mi raza". Se hacía eco del grito de Rimb...

CINCO POEMAS DEL MAGDALENA

Por: Angélica Hoyos Guzmán Es una tarea de canonistas escoger sólo cinco, sobre todo interpretando una definición de algo que aún se escapa de los más eruditos y sofisticados pensamientos ¿Qué es poesía? Me han pedido seleccionar cinco poemas del Magdalena colombiano y más allá de la filiación de esta tierra, me preocupa dejar por fuera algo o mucho dentro de mis preferencias. Por eso me remitiré al más común de todos los filtros, el de la publicación, o el más cercano que tengo, el de los libros que me han regalado y que son de poetas nacidos o adoptados por el Magdalena. Dejaré por fuera las fotos de Leo Matiz, aunque me parecen poesía pura; también se irá de este apartado “La piragua” que me lleva lugares de mi infancia y los más recónditos paisajes. Tendré que nombrar en lo que dejo a los decimeros del Departamento del Magdalena, quienes aún hoy cantan sus historias de la rivera. Es un acto de total injusticia escoger cinco poemas. Pero aquí voy a poner orden a mis afectos, ...

Luz e hilo, por Han Kang

Han Kang, Corea del sur, 1970, a utora de "La clase de Griego".  Discurso del Premio Nobel de Literatura 2024. *Traducido por e. yaewon y Paige Aniyah Morris. [Circular de prensa, reproducción de la HJCK] El pasado enero, mientras ordenaba mi trastero antes de una mudanza inminente, me encontré con una vieja caja de zapatos. La abrí y encontré varios diarios que databan de mi infancia. Entre la pila de diarios había un panfleto, con las palabras “Un libro de poemas” escritas a lápiz en la portada. El cuadernillo era delgado: cinco hojas de papel A5 tosco dobladas por la mitad y encuadernadas con grapas. Había añadido dos líneas en zigzag debajo del título, una línea que ascendía en seis pasos desde la izquierda, la otra descendía en siete pasos hacia la derecha. ¿Era una especie de ilustración de portada? ¿O simplemente un garabato? El año –1979– y mi nombre estaban escritos en la parte posterior del libro, con un total de ocho poemas escritos en las hojas interiores por la m...

I took Panamá

 I took Panamá : cómo sobornar a un político, por Julia Buenaventura , historiadora y crítica de arte.  En este video, veremos cómo Colombia le regaló a los Estados Unidos parte de su territorio ; cuando, en 1903, a través de sobornos y maquinaciones nefastas, entregó a Panamá. Lorenzo Marroquín , “hijo del ejecutivo”, tuvo implicación directa en esta historia. Una historia que cuento a través de la obra fantástica del teatro Popular de Bogotá, TPB, I took Panamá, 1975 . Al final del video vemos como se revirtieron las cosas por el trabajo del general Omar Torrijos . --JB  

Victoria Sur: un homenaje a Carmelina Soto

Rosa roja es una canción basada en el poema original de Carmelina Soto. “Rosa Roja,  forma parte del disco en  homenaje a la poeta quindiana, 8 poemas musicalizados por la cantautora Victoria Sur .   Proyecto apoyado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, Programa Nacional de Concertación Cultural y la Secretaría de Cultura de la gobernación del Quindío ROSA ROJA   (Poema Carmelina Soto/Música: Victoria Sur) Eres la sangre en breve arquitectura de corazón al viento acostumbrado, amor en rojo y en aroma pura nostalgias de gorrión enamorado. Quién te hizo rosa-fuego en la verdura esperanzada y férvida del prado? y ese sufrir de espinas y dulzura y jardín por alondras clausurado? En tu clara bondad de miel caliente, sombra casi de fruto sugerente entre nubes y pájaros soñando. Y en tu llama de sangre perseguida, indefinidamente indefinida, sigues por tu perfume caminando.

Slavoj Zizek, documental

Slavoj Žižek es un filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno. Su obra integra el pensamiento de Jacques Lacan con el materialismo dialéctico y en ella destaca una tendencia a ejemplificar la teoría con la cultura popular. Žižek utiliza en sus estudios ejemplos extraídos de la cultura popular, desde la obra de Alfred Hitchcock y David Lynch, hasta la literatura de Kafka o Shakespeare, además de problematizar autores olvidados por la academia como V. I. Lenin, Stalin y Robespierre y tratar sin remordimientos temas espinosos como el fundamentalismo, el anticapitalismo, la tolerancia, la subjetividad y lo políticamente correcto en la filosofía posmoderna. Asimismo, en contraposición con los postulados intelectuales de la izquierda universalista europea en general, y de los que Habermas define como postnacionales en particular, Žižek realiza una defensa abierta e inequívoca de los procesos soberanistas abiertos en Europa.

Fernando Vallejo: A carcajadas contra el mundo

A carcajadas contra el mundo: Una conversación con Fernando Vallejo sobre el humor en la literatura. Por: Facultad de comunicaciones y filología de la Universidad de Antioquia . 2024.