Tras una larga espera, finalmente María Paula Ortíz obtuvo la entrevista con Junot Díaz. El escritor de origen dominicano conversó con ella aprovechando el pretexto de un viaje relámpago a Medellín. La entrevista sobre sus temas, sus manías, su labor como pedagogo de escritura creativa y sus proyectos ahora que ha ganado una beca (la McArthur) para escribir su próximo libro durante cinco años, puede leerse completa en El tiempo. Aquí un fragmento:
La infidelidad atraviesa su nuevo libro, Así es como la pierdes. ¿Por qué le interesó el tema?
Soy hombre latino, no soy lindo, no soy buen mozo, y el hombre latino que no es buen mozo es un maldito mujeriego. No todos, claro. Y esa cultura hace un daño a las familias, a las relaciones, que me llamó la atención. Es como un privilegio, pero también es una trampa. Un hoyo donde cae el hombre, él no es la víctima, pero se le daña la vida. Es muy interesante. Mi papá era mujeriego. Nos llevaba a los varones a conocer sus novias. Eso fue como trauma. Cuando un papá te hace eso, significa que ya estás tostado para tu vida entera. Yo veía que muchos de mis amigos tenían la misma experiencia, así que vengo de esa vaina y quería escribir sobre eso.
Muchos dicen que es imposible ser fiel…
Qué es esa mierda. La infidelidad es una opción. Tienes que elegirla. El que dice que no elige o que fue porque su papá… qué mierda. Todos estamos jugando, ahí te dan tus cartas y tu decides el juego. La vaina es que ser hombre te da privilegios, ser hombre latino más, como que te ayuda a optar por esa opción, pero tú tienes que elegir. Somos imperfectos, como seres humanos. Hay unos que practican esa imperfección dentro de su relación, otros se la quieren meter en su nariz.
Le he oído decir que es mucho más difícil mantener una relación que escribir un libro.
No hay duda. Creo que es lo más difícil, estar presente con otro u otra, y mantenerse vulnerable por años. Eso es bien difícil porque la intimidad, el amor, viene de ser vulnerable. Eso cuesta. Conozco personas que tienen una relación de años y me dicen que viven juntos pero no están juntos. Ese es el último reto. Para mí el gran desafío del ser humano es mantenerte vulnerable a tu pareja. En el último libro, Yunior está hablando de todos los abusos, de todas las vainas que les pasa a las mujeres de su vida. Todas esas diabluras que él y su hermano arman es parte de un proyecto. ¿Por qué da tanto testimonio de la violencia contra las mujeres? Porque es testigo contra él mismo. Está diciendo yo cometí todo esto, ahora, qué crees tú.
La primera línea del libro es: “No soy un tipo malo”…
Y ahí ya tú sabes que este tipo es un loco. Mira, hay mucha gente que dice el pasado es pasado, no lo quieren pensar. Lo que me interesa de Yunior es que él presenta todo su pasado, y también todos sus defectos y toda la vaina mal hecha, muestra lo que he hecho. Eso es difícil sobre todo para un hombre.
¿Qué siente por Yunior?
Que la próxima vez que tenga un proyecto como estos voy a buscarme un personaje más abierto, porque él no me habla. Duro años esperando que me hable. Tengo un tipo que es muy cerrado. El próximo proyecto va a ser un poco más fluido.
Los une el gusto por la ciencia ficción.
Yo vengo de esa onda, sí, pero de otra manera. Tenemos gustos distintos. Por ejemplo, Yunior no soporta mucho los artistas nerd que son derechistas. Yo sí. El odia a la derecha. Yo lucho contra ella, pero no la odio. No tengo el coraje que tiene ese muchacho. Tu puedes escribir alguien mucho mejor que tú mismo, Yunior es mucho más inteligente, tiene más coraje.
¿También ve series en televisión?
Claro, mi amor. No sé si has visto esas series que vienen de países nórdicos, como The killing, son buenísimas. Algo que los colombianos conocen desde hace muchos años es que hoy la gente que tiene talento en la narrativa está trabajando en televisión. Para el resto del mundo eso ha sido algo nuevo. Ustedes lo han tenido claro desde hace veinte o treinta años.
¿En realidad le resulta tan difícil escribir?
Qué se yo. Me encanta leer. Y todos los libros que leo, todo ese gusto y amor y energía que me da la lectura, es lo que trato de comunicar en mis libros. Pero el proceso, no. No me divierte.
El año pasado ganó la beca MacArhur. Medio millón de dólares para sentarse a escribir durante cinco años...
Pero mira, mi mamá lo puso claro: son cien mil dólares cada año, te sacan el 40 por ciento para impuestos, te quedan 60 mil por año. Tú no puedes dejar tu trabajo porque estás pagando la renta para mi casa. Eso me dijo. Sí, doña. Claro que celebré la beca. Pero en Estados Unidos 60 mil significa que no puedo dejar mi trabajo. No puedes, si pagas la renta de dos casas.
¿Ya tiene otro libro en mente?
Quiero escribir uno sobre una latinamerican wonder woman. Una súper héroe latinoamericana con todos los poderes. Ese es el plan. Los planes son gratis, sabes. Lograrlos es otra cosa.
La infidelidad atraviesa su nuevo libro, Así es como la pierdes. ¿Por qué le interesó el tema?
Soy hombre latino, no soy lindo, no soy buen mozo, y el hombre latino que no es buen mozo es un maldito mujeriego. No todos, claro. Y esa cultura hace un daño a las familias, a las relaciones, que me llamó la atención. Es como un privilegio, pero también es una trampa. Un hoyo donde cae el hombre, él no es la víctima, pero se le daña la vida. Es muy interesante. Mi papá era mujeriego. Nos llevaba a los varones a conocer sus novias. Eso fue como trauma. Cuando un papá te hace eso, significa que ya estás tostado para tu vida entera. Yo veía que muchos de mis amigos tenían la misma experiencia, así que vengo de esa vaina y quería escribir sobre eso.
Muchos dicen que es imposible ser fiel…
Qué es esa mierda. La infidelidad es una opción. Tienes que elegirla. El que dice que no elige o que fue porque su papá… qué mierda. Todos estamos jugando, ahí te dan tus cartas y tu decides el juego. La vaina es que ser hombre te da privilegios, ser hombre latino más, como que te ayuda a optar por esa opción, pero tú tienes que elegir. Somos imperfectos, como seres humanos. Hay unos que practican esa imperfección dentro de su relación, otros se la quieren meter en su nariz.
Le he oído decir que es mucho más difícil mantener una relación que escribir un libro.
No hay duda. Creo que es lo más difícil, estar presente con otro u otra, y mantenerse vulnerable por años. Eso es bien difícil porque la intimidad, el amor, viene de ser vulnerable. Eso cuesta. Conozco personas que tienen una relación de años y me dicen que viven juntos pero no están juntos. Ese es el último reto. Para mí el gran desafío del ser humano es mantenerte vulnerable a tu pareja. En el último libro, Yunior está hablando de todos los abusos, de todas las vainas que les pasa a las mujeres de su vida. Todas esas diabluras que él y su hermano arman es parte de un proyecto. ¿Por qué da tanto testimonio de la violencia contra las mujeres? Porque es testigo contra él mismo. Está diciendo yo cometí todo esto, ahora, qué crees tú.
La primera línea del libro es: “No soy un tipo malo”…
Y ahí ya tú sabes que este tipo es un loco. Mira, hay mucha gente que dice el pasado es pasado, no lo quieren pensar. Lo que me interesa de Yunior es que él presenta todo su pasado, y también todos sus defectos y toda la vaina mal hecha, muestra lo que he hecho. Eso es difícil sobre todo para un hombre.
¿Qué siente por Yunior?
Que la próxima vez que tenga un proyecto como estos voy a buscarme un personaje más abierto, porque él no me habla. Duro años esperando que me hable. Tengo un tipo que es muy cerrado. El próximo proyecto va a ser un poco más fluido.
Los une el gusto por la ciencia ficción.
Yo vengo de esa onda, sí, pero de otra manera. Tenemos gustos distintos. Por ejemplo, Yunior no soporta mucho los artistas nerd que son derechistas. Yo sí. El odia a la derecha. Yo lucho contra ella, pero no la odio. No tengo el coraje que tiene ese muchacho. Tu puedes escribir alguien mucho mejor que tú mismo, Yunior es mucho más inteligente, tiene más coraje.
¿También ve series en televisión?
Claro, mi amor. No sé si has visto esas series que vienen de países nórdicos, como The killing, son buenísimas. Algo que los colombianos conocen desde hace muchos años es que hoy la gente que tiene talento en la narrativa está trabajando en televisión. Para el resto del mundo eso ha sido algo nuevo. Ustedes lo han tenido claro desde hace veinte o treinta años.
¿En realidad le resulta tan difícil escribir?
Qué se yo. Me encanta leer. Y todos los libros que leo, todo ese gusto y amor y energía que me da la lectura, es lo que trato de comunicar en mis libros. Pero el proceso, no. No me divierte.
El año pasado ganó la beca MacArhur. Medio millón de dólares para sentarse a escribir durante cinco años...
Pero mira, mi mamá lo puso claro: son cien mil dólares cada año, te sacan el 40 por ciento para impuestos, te quedan 60 mil por año. Tú no puedes dejar tu trabajo porque estás pagando la renta para mi casa. Eso me dijo. Sí, doña. Claro que celebré la beca. Pero en Estados Unidos 60 mil significa que no puedo dejar mi trabajo. No puedes, si pagas la renta de dos casas.
¿Ya tiene otro libro en mente?
Quiero escribir uno sobre una latinamerican wonder woman. Una súper héroe latinoamericana con todos los poderes. Ese es el plan. Los planes son gratis, sabes. Lograrlos es otra cosa.
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