La casa de la
belleza
Una novela que pone al límite dos aspectos fundamentales de
nuestra sociedad, el primero referente a las personas que habitan esta ciudad
que día tras día se vuelve más materialista y superficial y el otro aspecto,
relacionado con la cruda realidad que vivimos en nuestro país: el poder de la
burocracia. Una novela ambiciosa que trata de introducir al lector a una
historia que pone como personaje principal a Karen, una manicurista que ha sido
testigo de un homicidio y a su vez, conocedora de los procesos irregulares que
hay en la salud pública. Son dos problemas sociales que le llegan a su vida de
una forma desafortunada la cual Claire, una mujer de gran edad y de prestigio académico y social, no logró
intuir para ayudar a quien según el lector (lo digo en el sentido catártico que
Karen genera) era la que menos tenía que pagar los desprecios de esta sociedad
burda y desagradecida.
Odio esa costumbre de referirse
como <<indios>> a quienes
según ellas pertenecen a un estrato bajo. Odio esa manía de diferenciar entre
el <<usted>> y el <<tú>> dejando el
<<usted>> exclusivamente
para el servicio. Detesto el servilismo de los meseros en los restaurantes,
cuando corren apurados a atender a los clientes y dicen <<su merced qué
quiere>>, <<lo que su merced guste>>, <<como ordene su
merced>>. Odio tantas cosas y de tantas maneras, tantas cosas que me
parecen injustas, estúpidas, arbitrarias y crueles, las odio más cuando me odio
a mí misma por hacer parte de esta realidad inevitable. P, 10.
Aunque en el anterior fragmento muchos estemos de acuerdo,
no sabemos con exactitud si somos tan distantes a esta forma de comportamiento,
las diferencias de estratos, el trato con la gente y sobre todo, las etiquetas o
prototipos que de alguna u otra forma seguimos hasta de forma inconsciente.
Este tal vez, es otro de los factores que busca Melba Escobar exponer en la
novela, el problema de la aceptación social y la búsqueda constante de un
espacio en un universo determinado por cierto tipo de personas. El caso de
Karen no es la excepción, su llegada forzada a una Bogotá caótica y
misteriosa, la obliga a tratar con personas de estratos altos las cuales de
forma involuntaria ejercen en la manicurista un afán por aparentar y estar al
mismo “nivel” físico a la diversas mujeres que llegan a la casa de la belleza,
el lugar en donde este tipo de mujeres logran mantener un estatus físico ante
una sociedad consumidora por visión y no por razón.
Con un estilo deliberado, Melba Escobar pone sobre la mesa
una carta necesaria para los tiempos en los que vivimos, el papel de la mujer y
su proyección en la sociedad. Pues aunque la mujer ha tomado una función
importante en los diversos escenarios de una construcción social, es importante
también conocer como desde diversos puntos de vista, se ve disgregado el
verdadero sentido con el cual se reconoce la presencia de las mujeres en
nuestra ciudad. Desde el ámbito machista-bien marcado en la novela- pasando por
las diferencias entre el mismo género como una guerra constante de belleza y
estatus económico, hasta terminar, en un problema de género, regionalismo y
poder político que están todos involucrados en una misma caja o mejor, en una
misma casa, la casa de la belleza.
Como periodista Melba Escobar expone en esta novela todo lo
que se debe saber y leer sobre nuestra sociedad desde el inframundo, hasta lo
que se puede conocer a simple vista. Es todo un ejercicio de análisis crítico y la originalidad de una literatura urbana con menos melancolía por esta ciudad caótica
y más realidad de nuestra existencia por las calles de la capital colombiana.
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