Ir al contenido principal

Correspondencia abierta (V)



Sr. Tomás Carrasquilla, o Tomasca como le digo con el más respetuoso atrevimiento: por sus cuentos empecé a amar la lectura. Por los finales de sus textos aprendí que no todo es tan predecible como uno piensa. Para mí usted es el dueño de los mejores finales que he leído en mi vida. Así que o no leído mucho o de verdad es usted un genio.

No le perdono que Simón no haya volado ¿Cómo no va a volar? Si Gabriel García Márquez hizo que un señor muy viejo tuviera alas enormes y que un ahogado fuera el más hermoso del mundo, cómo tú, querido Tomasca, no ibas a hacer posible que Simón fuera un mago y volara.

Cuando tenía 7 años mí tía Ana me dijo por primera vez:“Niña, usted parece Peralta” y yo no tenía ni idea de lo que estaba hablando. Lo entendí unos años más tarde cuando me encontré con En la diestra de Dios padre.  En todo caso, el cuento que me haría tomar una decisión determinante en mi vida fue El ánima sola… para una niña de 11 años que empezaba a sumergirse en el mundo de la literatura este cuento fue suficiente para decir: “Un día voy a tener un hijo, y se llamará Tomás como Tomás Carrasquilla: mi hijo llevará el nombre de un genio”. 12 años después de esa decisión nació Tomás, y la pregunta que más me gusta responder es ¿Por qué lo pusiste Tomás? ¡Adoro contar esa historia! Una vez, cuando tenía 11 años, leí un cuento de un escritor llamado…

En el 2015 cuando trabajaba en la Biblioteca EPM, invitamos a Tomás González a una charla. Pensábamos en lo difícil que sería hacer que hablara dos horas con lo lacónico que es; menos mal dimos con un excelente interlocutor que hasta sonrisas le sacó. Cuando terminó la charla hice la fila para que me firmara La luz difícil. Sin mirarme recibió el libro y con los ojos en él me dijo: “¿Para quién?” Hice caso omiso a la pregunta y le dije: “Don Tomás, mi hijo se llama Tomás, como usted pero por Tomás Carrasquilla”, levantó la mirada con un entusiasmo que no lo caracteriza y dijo: “¡yo también! Mi mamá adoraba a Tomás Carrasquilla y por él me llamo Tomás”. Quisiera dibujar un corazón del tamaño de toda la hoja para describir lo que sentí. “Para Tomás de Tomás” Así firmó mi libro.  Claramente cada que puedo cuento esta historia, ya ni siquiera espero que me pregunten ¿por qué tu hijo se llama Tomás? para empatarlo con esta anécdota. Empiezo sin más: ¿Tienes un hijo? Sí, digo ¿Cómo se llama? Sin ningún titubeo respondo “Se llama Tomás por Tomás Carrasquilla y la mamá de Tomás González también lo puso así por él” Con una obvia cara de orgullo y felicidad.

Cuando empecé a ver el costumbrismo en el colegio y te empaquetaban ahí, querido Tomásca, sentía que no encajabas en esa descripción, y sigo pensando que no eres costumbrista. Te considero un intérprete mordaz y crítico de la sociedad antioqueña en la que viviste. Muy a mi pesar debo confesarte, ya que llevas años ausente, que aquí la cosa no ha cambiado mucho. Eso hace que tus obras, en esencia, sean intemporales. Siempre he pensado que eres un irreverente ¿por qué no podías hacer los finales como de niña los esperaba y de adulta todavía los deseo? No, tú tenías que matar a la pobre Ligia Cruz, Simón se tenía que partir el brazo, Timbre de gloria se tenía que enloquecer. Que manía la tuya de crear finales tan retorcidos, dolorosos e imprevisibles.

Tengo un amor desmesurado por ti, mi hijo no podría llevar un mejor nombre, además quiero contarte que su nombre completo es muy literario, hasta sus apellidos son de escritor, Tomás, como tú, Silva, como José Asunción Silva, mi poeta favorito (ni que hubiera sido a propósito), y Hernández como Felisberto Hernández, Tomás Silva Hernández.


Para terminar, quiero que sepas que pondré en el camino de mi hijo tus libros, y aunque no espero que sea escritor si deseo hacer de él un gran lector de obras como la tuya.

Con cariño,

Elizabeth Hernández Barrientos

Comentarios

Publicar un comentario

Nos gustaría saber su opinión. Deje su comentario o envíe una carta al editor | RC

Entradas populares de este blog

Buenos Aires en cinco poemas

Pablo Di Marco      Tantas veces me han pedido mi opinión sobre temas de los que no tengo la menor idea, tantas veces me han pedido que escriba artículos sobre cuestiones inverosímiles…  Hoy podré darle un respiro a mi inutilidad. ¿Por qué? Porque los amigos de Revista Corónica quieren saber cuáles son mis cinco poemas favoritos que giren en torno a Buenos Aires. No se me ocurre trabajo más sencillo y grato. Podría nombrar cincuenta. Buenos Aires transpira literatura. En cada esquina, farol y empedrado se esconde la huella de algún poema, cuento o novela. No nombraré a los mejores, nombraré a los más queridos, a esos que viajan siempre conmigo, esos que recito y tarareo sin siquiera pensarlo.   “Setenta balcones y ninguna flor” de Baldomero Fernández Moreno      Este poema eclipsó al resto de la obra de Baldomero Fernández. ¿Cuál es su secreto? Intuyo que una irresistible alquimia de encanto, inocencia y sencillez. A lo que debemos sumarle el eterno debate en

Cinco poemas para un regreso

Por Carlos Alberto Castrillón* Me piden que escoja los cinco poemas de autores quindianos que más me gustan. De inmediato la mente se activa y permanece alerta por un buen rato. Regresan las viejas lecturas y los momentos gratos que la poesía favorece. La memoria se pone en “modo taxonómico”, pero al poco tiempo las jerarquías entran en crisis. Debo incluir un poema de El libro de los fantasmas, de Luis Vidales, poemario un tanto menospreciado ante el brillo de Suenan timbres; el poema ha estado marcado en ese libro desde hace 30 años. Es obligatorio agregar la poderosa «Canción del amor fugaz», de Carmelina Soto, que considero un ejemplo perfecto de su poética rebelde y autónoma. Un poema de Ricardo Cuéllar es indispensable para recordar una poesía densa y perdurable con la que conecté sin dificultades cuando la conocí tardíamente. Para el balance de tono, ya escogí uno de Omar García Ramírez, que ofrece el contraste perfecto, con la lucidez y el descreimiento que admiro en su poes

Se estrena el documental basado en la vida de Jacobo Grinberg

Reforma, sobre la desaparición de Jacobo Grinberg, 1995 | Fuente: El País Jacobo Grinber Zilberbaum fue un psicólogo mexicano dedicado al estudio de la conciencia. Escribió medio centenar de libros entre los que destacan una serie sobre el chamanismo mexicano (Chamanes de méxico, Pachita), libros de cuentos como La luz angelmática, su libro de memorias La conquista del templo, manuales de experimentos llevados a cabo en el Laboratorio del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, investigaciones financiadas por la UNAM y el gobierno mexicano. Desaparecido en extrañas circunstancias, aún indeterminadas, su figura y obra ha retomado un impulso para su internacionalización. Estucha Grinberg, hija y heredera, ha relanzado una plataforma digital con la totalidad de la obra de Grinberg digitalizada . Y en el festival de Cine de Málaga España 2020 se ha estrenado el documental El secreto del doctor Grinberg . Grinberg egresó de la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde cursó la

Que hablen de ti, aunque sea mal

Carlos Castillo Quintero E l nombre de Oscar Wilde va unido al ruido y la figuración. Mordaz y extravagante, este escritor irlandés sigue vigente con libros como «El retrato de Dorian Gray», «Salomé», o «La importancia de llamarse Ernesto». Sin duda Wilde fue una de las mayores personalidades de su tiempo; celebrado como poeta y dramaturgo, deslumbró a los salones londinenses con su ingenio. Fue acusado de sodomía, enjuiciado, condenado, y recluido en la cárcel de Reading. Murió en 1900, en el exilio, arruinado material y espiritualmente. Hoy, de su extensa obra que incluye poemas, cuentos infantiles, obras de teatro, libros de ensayos, una novela, y cientos de epigramas, son estos últimos los más leídos gracias a la explosión de las redes sociales. Escribió Oscar Wilde: “Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti” , frase que han traducido los asesores de imagen simplemente como: Que hablen de ti, aunque sea mal . Esta recet

Discurso de Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022

Annie Ernaux, Premio Nobel, diciembre 2022 fuente: wmagazín Discurso de Annie Ernaux por el Premio Nobel de Literatura 2022. Traducción del francés de la revista mexicana Pijamasurf : ¿Por dónde empezar? Me he hecho esta pregunta decenas de veces delante de la página en blanco. Como si tuviera que encontrar la frase, la única, que me permitiera empezar a escribir el libro y barrer con mis dudas de golpe. Una especie de llave. Hoy, para afrontar una situación que, tras el estupor del acontecimiento –"¿de verdad me está pasando esto a mí?– mi imaginación me presenta con un miedo creciente, es la misma necesidad la que me abruma. Encontrar la frase que me dé la libertad y la firmeza para hablar sin temblar, en este lugar donde me han invitado esta noche. Esa frase, no necesito buscarla muy lejos. Surge. En toda su nitidez, su violencia. Lapidaria. Irrefragable. La escribí hace sesenta años en mi diario íntimo. "Escribiré para vengar mi raza". Se hacía eco del grito de Rimb